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Aguja de los Martínez, 2422 m. AD Sup, IV+, 70 m.

La Aguja de los Martínez es un llamativo risco que se levanta entre la Torre del Oso y la Torre de las Colladetas, justo a los pies de la collada Bonita. Esta pequeña horcada, destaca por las inmejorables vistas que ofrece de la cara sur del Pico Urriellu situado justo en frente. A parte del aspecto paisajístico, es un destacado punto de paso ya que comunica el jou Tras el Picu con el Hoyacón de Villasobrada y el jou de los Machos. Este hecho nos va a permitir acceder a la misma desde diferentes puntos del macizo.

Croquis de la ascensión
Orientación noroeste de la aguja que se levanta entre estas dos brechas. La collada Bonita es la situada a la derecha y la falsa collada a la izquierda de la misma.

La longitud de la escalada rondará los 80 m de desnivel y se desarrolla por un amplio diedro en su cara noreste. Destaca sobremanera la pésima calidad de la roca, difícilmente superable en todos los Picos de Europa, añadiendo ésto un carácter y seriedad a la escalada muy por encima de su dificultad técnica.

La primera ascensión corre a cargo del histórico Alfonso Martínez en compañía de Emilio Ribera Pou “El Noi” el 12 de octubre de 1950. El relato quedó reflejado en las memorias de este último, que recopiló Guillermo Suárez Menéndez en este pequeño e interesantísimo libro. Citaré en la reseña los pasajes más relevantes contados por sus protagonistas.

Croquis de la ascensión

La dificultad rondará el IV+, aunque lo más complejo es evitar la caída de cantos ya que, como hemos anotado previamente, nos vamos a encontrar con tramos muy podridos.

El material  que utilizamos fueron dos cuerdas de 60, media docena de cintas y unos friends hasta el 2. Llevar unos metros de cordino para sanear las reuniones en su caso.

El descenso  de esta escueta cima se efectúa por medio de dos rápeles siguiendo el mismo itinerario de subida.. El primero va desde mogote cimero hasta la primera reunión. Y desde ésta, en un segundo rapel llegamos hasta el suelo.

La aproximación hasta la collada Bonita entrando por el norte la podemos hacer pasando cerca de la vega de Urriellu, remontando la canal de la Celada y el jou Tras Picu. También es posible desde Sotres y las vegas del Toro, por las Moñetas y el jou de los Machos.
Si queremos acometer esta escalada en el día, tenemos como opción más corta en desnivel y distancia la que accede por el sur desde Áliva, a través de la canal del Vidrio y el Hoyacón de Villasobrada.

Mapa de situación

Nosotros comenzamos en Áliva (1666 m), seguimos el camino que lleva a la horcada de Covarrobres y lo abandonamos en una marcada curva dirigiéndonos hacia la Canal del Vidrio.

Croquis de la ascensión

Desde lo alto de la canal viramos totalmente al norte a una altura de 2300 m, por las Coteras Rojas. El marcado sendero bordea en suave bajada los contrafuertes orientales de los Tiros de Santiago desembocando en el Hoyacón de Villasobrada (2250 m). A continuación rodeamos este hoyo por la derecha hasta llegar al collado que se abre entre el Cuchallón de Villasobrada y la Torre de las Colladetas (2312 m, 4,7 km).

Croquis de la ascensión
Al salir del hoyacón de Villasobrada tenemos la aguja encima de nosotros a la izquierda. El sendero lleva a la collada bonita, pero nosotros debemos dirigirnos hacia la Falsa Collada, justo en la otra vertiente. (Foto; Isidoro Rodríguez Cubillas).

Seguimos el camino y antes de alcanzar la collada Bonita bordeamos la aguja por el este, intentando identificar la entrada a la vía. Un poco antes de llegar a la collada Norte (Falsa Collada), unos diez metros por debajo de ésta y siempre en la vertiente del Jou de los Machos, cruzamos un inclinado llambrial anaranjado y nos situamos delante del evidente diedro que marca el comienzo (orientación noreste).

“deshechamos la collada del Sur pues la roca de la aguja por tal lugar es en exceso difícil, sino imposible; pasamos  a la otra más abierta al norte. El risco desde aquí presenta una estrecha arista de calizas corroídas que se desmoronan y consideramos muy peligrosa la escalada por la arista. A su izquierda, osea, hacia el N.E. con clara tendencia al este, se distingue otra posible ruta bastante marcada, pues se trata de un vertedero en continua vertical que finaliza en  una chimenea hasta alcanzar una muesca cimera al norte de la roca cumbreña principal. La roca, con apariencia bastante hostil, suponen unos 70 u 80 metros en vertical”.

Croquis de la ascensión
Gendarme característico que se levanta al norte de la Falsa Collada y que se prolonga hasta la Torre del Oso, que aparece detrás.
Croquis de la ascensión
Croquis de la ascensión con nuestras sensaciones. Foto de Jesús Sánchez Melado.

Montamos la reunión inicial fuera de la vertical del diedro intentando esquivar la más que probable caída de piedras. Esta primera tirada, así como la segunda, no superan los 35 metros de longitud. Comenzamos elevándonos algún paso aislado de IV/IV+ a proteger con empotradores y friends pequeños. Poco antes de llegar a la reunión, encontramos el único clavo de este primer largo.

Croquis de la ascensión
Identificando la entrada.
Croquis de la ascensión
Trepando por el diedro noroeste.
Croquis de la ascensión

“…atravesamos un corto llambrial que nos sitúa a bastante altura al final de él. Alfonso gatea por el vertedero todo lo que da de si la cuerda. Después, esquivando las pedradas que son de pronóstico, me reúno con él. Sigue otro trecho en el que nos afianzamos mediante una clavija (este trayecto es sumamente vertical obligándonos a abandonar esta clavija al descender) llegando al pie de una vertical chimenea”.

El terreno poco a poco va tendiéndose, terminando el largo en una especie de brecha u hombro sobre el espolón Este. Se monta reunión sobre un viejo clavo y un cordino amplio que lacea un bloque.

Croquis de la ascensión
Clavo y cordinos donde montar la primera reunión.

El segundo largo comienza escalando una evidente chimenea que nace a la derecha de la reunión protegiéndonos de inicio con un camalot del 2. Nos elevamos muy verticales en su comienzo (IV+ bloques inestables) alcanzando rápido un viejo clavo oxidado. Superamos de seguido otro par de resaltes verticales (IV+ roto, clavo). Tras ellos, el diedro se abre terminando en una pequeña plataforma cómoda situada a la izquierda y que cuenta con otra clavija con cordino y maillón (posible reunión y rapel intermedio).

Croquis de la ascensión
Comienzo del segundoy último largo. En él encontraremos tres clavos en los que asegurarnos del comprometido terreno.

“Al fin llegamos a la chimenea, sumamente estrecha para pasar por ella. Este trayecto resultó muy difícil y al final un voladizo obliga a arriesgarse en extremo en este tipo de roca deshecha. Alfonso mientras avanza, tantea la roca podrida que se desgaja al tocarla. Yo me incrusto en la fisura resguardándome de las piedras que pasan silbando y que son mi constante preocupación; Se fijan tres clavijas escalonadas en la parte superior de la chimenea y sostengo el peso de mi compañero aupándolo en una complicada maniobra de cuerda, hasta lograr quedar sentados a caballo en la angosta entalladura. Faltan pocos metros de escalar por una masa ruinosa, dando vuelta a la cara occidental sobre el hoyo Tras el Picu utilizando una cornisa hasta tropezar con un gran bloque suelto. Oigo unos gritos que deberían haber sido de triunfo. Pero no, Alfonso confunde una clavija con uno de sus dedos, y el pobre pulgar tumefacto por el formidable martillazo hay que sajarlo con una navaja. El picacho ha sido bautizado con sangre, gracias a Dios poca…“.

Croquis de la ascensión

Solo nos separa de la cúspide un último y descompuesto resalte que acariciamos para auparnos al punto más alto. La mínima cumbre es un bloque expuesto que no invita al malabarismo, quedando satisfechos con posar las manos sobre el mismo.

Croquis de la ascensión
Cima de la Aguja de los Martínez, 2422 m.

Encaramados en el bloque, sólo logramos acariciar con nuestras manos el vértice de afilada caliza, sin espacios para sentarnos. Con la celeridad que hemos imprimido a todos nuestros actos, nos percatamos del olvido del buzón y lápiz y en una caja de cerillas colocamos tarjetas punzando una de ellas con la fecha “12 de octubre de 1.950”. Aniversario memorable en un día ya para nosotros inolvidable.
Mi compañero, con una clavija, graba a gran tamaño una gran A en la roca de “su cumbre” y me dice: “Mira la cara del Naranjo, parece la faz de un ser fantástico. En sus mejillas, con pátina de siglos, brillan las lágrimas por nuestra desafección y si escuchas con atención, oirás sus voces lamentándose y al correveidile del eco repitiéndolas por hoyos y cañadas: ¡ingratos….gratos….atos….os….os!”. Y Alfonso se ríe; y nos reímos de sus propias palabras y el eco que viene del Naranjo, ahora verdadero, hace de prestidigitador y se oyen risas repetidas una y otra vez…”.

Croquis de la ascensión
La reunión de la cumbre se monta sobre unos viejos cordinos que abrazan el pináculo cimero. Este tramo es sencillo pero, siguiendo la tónica de toda la ascensión, está deshecho.
Croquis de la ascensión
En la cima, con Torre de las Colladetas detrás.
Croquis de la ascensión
Panorama desde la cima hacia el noroeste. (pincha para ampliar)

Rapelamos con una cuerda desde los cordinos que abrazan el bloque de la cima hasta la primera reunión. Mucha precaución con el movimiento de las cuerdas al rapelar para no desprender rocas. Desde aquí y en otro rapel (más largo) nos ponemos de nuevo en la base de esta emocionante e histórica aguja.

Croquis de la ascensión
Croquis de la ascensión
El segundo rapel es más largo que el primero y requiere el uso de las dos cuerdas. En ambos casos nos descolgamos desde los puntos de reunión.

“… con sumo cuidado emprendemos el regreso a la muesca. Desde tal lugar es sumamente vertiginoso observar la muralla que hemos escalado y que nos toca cruzar otra vez. Mediante un rapel descendemos por la chimenea (en la muesca queda abandonada otra clavija, que es la segunda) y más abajo efectuamos otro, cruzamos el llambrial y otra vez en la Collada Bonita a salvo; 14.30 h. la subida, 16.30 h. regreso a la collada, es decir, la escalada ha sido efectuada apresuradamente en dos horas que se pueden subdividir en 1,25 h. la escalada, cinco minutos en la cumbre y 30 minutos el descenso”.

“Es decisión de bautizar esta gran aguja (y que conste que no es iniciativa mía, sino solidaridad que comparto de todo corazón con José Antonio Odriozola, verdadero autor de este proyecto) como de LOS MARTÍNEZ, en honor a las dos generaciones de la familia de tan esforzados guías, precisamente en un apropiado escenario en el que el Naranjo preside todas sus grandes hazañas”.

Nuestros pasos se encaminan de nuevo hacia el hoyo del Infanzón, y los cazadores nos reciben jubilosos, dieron muerte a un rebeco, posiblemente de los que les echamos, y todos contentos regresamos a Áliva a festejar nuestros dispares éxitos. En la lejanía, según nos alejamos de ella, va haciéndose aún mas airosa e inalcanzable la peña que desde hace unos momentos tiene nombre propio: La AGUJA DE LOS MARTÍNEZ.

2023-07-17T08:07:22+00:00

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