Torre del Pamparroso, Torrezuela y Torre de la Puertas de Moeño.

Aspecto invernal de la Torre de las Puertas de Moeño, Torrezuela y Torre del Pamparroso desde el Hoyo Grande.
Superando los dos mil metros de altitud aparecen en mapas y archivos topográficos tres puntas diferenciadas. La Torre del Pamparroso, al norte del grupo. En el medio un conjunto de gendarmes descompuestos entre los que destaca la Torrezuela y al sur, la Torre de las Puertas de Moeño situada encima del collado homónimo.
Su ascenso desde Valdeón no presenta grandes dificultades excepto la Torrezuela que, sin ser difícil, tiene un componente de exposición elevado como explicaré más adelante. Todo esto, sin pasar por alto que cualquier ascensión realizada desde Caín nos va a exigir acumular –casi seguro– 2000 metros o más de desnivel en nuestras piernas.
La aproximación a estas torres se puede hacer por ambas canales. Elegimos Moeño y el Camino de las Ovejas para subir y la de Dobresengros para bajar, al tener mejor sendero entre otras cosas. Tenemos agua en la fuente del Palombar, y en Dobresengros, aunque en esta época las riegas estaban completamente secas.
Las dificultades técnicas que vamos a encontrar no son muchas, pero si es cierto que en la Torrezuela la calidad de la roca es muy mala. Es una pequeña torre deshecha y obliga a asegurar los metros de trepada que realicemos para hoyarla.
Añadir que nos moveremos por caminos, viras y veredas muy poco transitadas, sin apenas jitos, teniendo que estar atento para poder engarzar las tres cimas sin perder mucha altura, desplazándonos entre cortados y despeñaderos.
Vamos a enlazar las cimas de norte a sur. Empezando en la Torre del Pamparroso ya que, aunque ascender por Moeño incita a subir primero la Torre de las Puertas, esto es complicado desde esta vertiente. Se puede subir por la del Hoyo Grande, pero ojo, porque el collado de las Puertas de Moeño no es de paso. Tiene un corte en la horcada y no permite bajar hacia el otro lado con facilidad.
Canal de Moeño vista desde el Cuvicente. Foto de Jesús Sánchez Melado.
Situamos el punto de partida en el caño que brota en la carretera un kilómetro antes de Caín -490 m-.

Prados de Castro.
Nos elevamos por los prados de Castro hasta la majada de Arnao y seguimos el sendero que nos lleva a la majada de Moeño. La dejamos atrás y sobre los 1600 metros llegamos a la majada baja de Jucabero. Desde aquí vemos las puertas de Moeño con su gran torre a la izquierda.

Majada de Moeño.
Remontamos la panda herbosa hasta un roquedo con forma de triángulo y una cueva en su base. Es la cueva de Toyo Prieto. Estamos a 1800 metros (punto clave!) y por encima de la misma tenemos frente a nosotros el vasto pedregal que llega hasta las puertas de Moeño. Es el momento de fijarnos a nuestra izquierda y virar al norte abandonando la canal para entrar en el Camino de las Ovejas.
Esta vereda es un tránsito entre horcadinas bastante intuitivo. Mediante un sube y baja en el que no ganamos altura, vamos superando hasta tres colladas sin apenas traza ni jitos.

Nos adentramos en el tenue sendero y ganamos fácil el primer y evidente collado de paso. Ahora evitamos coger un marcado camino que desciende y nos fijamos en un empinado corredor herboso que tenemos frente a nosotros. Hacia él tiramos. Nada más trasponerlo aparece una tercera collada a la derecha de un gran gendarme.

El gendarme lo bordeamos por el punto más alto pegado a la pared de la izquierda; (foto de arriba).

Vista hacia atrás del gendarme característico del Camino de las Ovejas. Al fondo, la Torre del Hoyo de la Llera
Un nuevo baja y sube y nos montamos en el último colladín del Camino de las Ovejas dando vista al Jascal de Dobresengros, desde el que enfilamos al este el cuestón que lleva a la parte alta de la montaña.
De los tres picos rocosos que tenemos a la vista pasaremos entre la del medio y la de la derecha.

A continuación se bifurca una primera canal y cogemos la más herbosa, la de la derecha.

El terreno nos lleva a una segunda vira también con hierba y al superarla nos deja en unos últimos metros sencillos hasta la cima de la Torre del Pamparroso.

Panorámica desde la cima de la Torre del Pamparroso.
Excelente mirador de las cumbres que rodean el Hoyo Grande
A pocos metros una segunda cima de altura similar en la que encontramos un bote a modo de buzón entre el hito cimero.

Desde esta segunda cumbre tenemos próxima la Torrezuela y tras ella, una ladera inclinada hacia Moeño que daría acceso –aparentemente sencillo– a la cumbre de la Torre de las Puertas de Moeño.

Acceder directamente por el filo hacia la Torrezuela es muy difícil ya que esta cortado por varios saltos. Nos aproximaremos perdiendo unos metros de manera cómoda por una especie de canaleta hacia la vertiente del Cares.

a continuación giramos al sur por terreno evidente y directo. Ganamos un alto a los pies de la cara oeste de la torre, pegados a sus últimos y verticales metros.

Esta trepada técnicamente no es compleja, ya que no superará el III grado, pero nos pareció peligrosa. Todo deshecho desde el primer metro. Tampoco ofrece buenos puntos de reunión para asegurar al compañero fuera de la vertical de caída de piedras. Detalle a tener en cuenta ya que lo normal es que algún canto vuele.
No se si llegarán a 15 metros más o menos. Nosotros llevamos cordinos de 30 m. y se protege perfecto con fisureros pequeños y con aliens.

Nos montamos en una laja para coger una fisura a izquierdas (III+) que nos lleva a un colladín sobre el que está instalado un rapel con cordinos y maillón abrazando un cuerno. A su derecha, cuatro metros de arista hasta pisar la estrecha cima.

Cima de la Torrezuela, 2168 metros.
Revisamos el rapel y bajamos hasta la base de la aguja.


Desde este punto tenemos a la vista la ladera que lleva a la cima de la Torre de las Puertas de Moeño de una manera directa. Lo difícil en este punto es encontrar un paso entre este laberinto de agujas y cortados que nos haga llegar hasta ella sin perder mucho desnivel. Pero si es posible.
Para dar con él comenzamos perdiendo metros desde la Torrezuela hacia el oeste. Vamos mirando continuamente a la izquierda -hacia las Puertas de Moeño- en busca del paso que nos deje conectar desde donde estamos.
No hay que bajar mucho hasta dar con un collado desde el que se ve una marcada vira colgada que avanza hacia el sur, directa hacia nuestro objetivo.

Nos adentramos en la misma sin saber si comunica con la ladera inclinada, pero tenía muy buena pinta. Se pasa por ella sin problemas excepto un pasín sobre unas hierbas algo expuesto (II-)

Unos metros más adelante vemos que ya no se nos escapa.

Agotamos la vira y salimos a la sencilla ladera cimera. Esta nos deja a la derecha de los pináculos que adornan la cumbre y que vamos esquivando uno a uno a ambos lados del filo hasta pisar el más alto.
La cima es un bloque en el que apenas cabes de pie.

Desde esta cumbre se tiene una perspectiva perfecta de los picos que rodean el Hoyo Grande.

Y también buena vista hacia el norte, con las montañas que hemos visitado hoy.

Descendemos por el mismo sitio que subimos. Pasamos de vuelta por la vira y bajo la torrezuela de nuevo.


y llegamos así al final del Camino de las Ovejas, pero en vez de cogerlo otra vez hacia Moeño, continuamos hacia Dobresengros por una canal a la izquierda de un estrecho pasillo de hierba muy empinado.
No nos queda más que seguir el largo camino para regresar a Caín.

De vuelta en el coche, las últimas luces de la tarde iluminan las montañas de la cabecera de Moeño.

Actividad interesante en el entorno de Caín en la que conoceremos tres picos de más de dos mil metros muy poco visitados, además de dos importantes canales de acceso a los Urrieles desde esta remota localidad valdeonesa. Merece la pena emplear un poco más de tiempo y conocer los 3 dosmiles en la misma jornada.
Para realizar estas ascensiones acumularemos un desnivel de 2157 metros en un recorrido de unos 17 kilómetros.
Pincha en el enlace si quieres descargar el track de la actividad.
Esta salida la compartí con Rafa Caballero.
Jose Tascón, octubre de 2017
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