Espolón del Jiso. Arista de los Peñalaros al Pozán. MD, 630 m. 6a
El Pozán está situado en la vertiente cántabra del macizo de Ándara, al sur del mismo y en su extremo occidental. Visualmente queda retraído ante el Prao Cortés o el Cortés, montes a su vera y que se elevan 200 metros por encima de él. Aún así, cuando observamos el macizo desde Potes o desde los primeros municipios del valle de Valdebaró, la mirada se queda fija en el espectacular y vertical filo que desde el Pozán se descuelga hacia los montes del margen izquierdo del Deva.
Historia: El primer recorrido en esta vertiente y a través del estético espolón, es trazado por Ezequiel Conde y Gervasio Lastra. Corre el año 1969 y consiguen realizar la primera escalada en dos duras jornadas del mes de junio. Todo ello bajo la atenta mirada del polifacético Enrique Herreros, presidente entonces de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, el cual los acompaña hasta pie de vía siguiendo en todo momento sus evoluciones. Según el propio Ezequiel, es Enrique el que más interés mostraba en aquella época en la necesidad de abrir una vía que recorriera el llamativo espolón.
Tanto Ezequiel como Gervasio son también miembros destacados del Peñalara, decidiendo bautizar la nueva ruta como “el espolón de los Peñalaros” en honor a su club de pertenencia. Con el paso del tiempo, el nombre original ha ido variando en acepciones -más o menos correctas- como la del “espolón del Jiso”, que es la que con más frecuencia se utiliza actualmente.
Las tres fotos siguientes son históricas, y corresponden a la apertura de la vía. Pertenecen a la colección personal de Ezequiel Conde, al que agradezco tanto su cesión como su tiempo de charla desinteresada.
El número de largos puede variar según “estiremos” las cuerdas. Hay múltiples lugares donde emplazar los relevos en el recorrido, permitiéndonos variar la longitud de las tiradas según veamos. Podemos decir que se asemeja a lo que ocurre en el espolón de los Franceses, la otra gran clásica de la zona de Áliva.
Aproximación y descenso dibujado sobre el mapa de M.A. Adrados
Comenzamos caminando directamente hacia el collado de Cámara, situado entre los picos de mismo nombre y las cumbres Avenas. Una vez rebasado el mismo, seguimos la vereda que, en ligera caída, vira al noreste llevándonos hasta la pedrera que cierra la canal del Pozán, a pocos metros del comienzo de la vía.
Vertiente meridional de los Picos de Cámara, nada más trasponer el collado.
Avanzamos hacia el noreste, elevados sobre un tímido mar de nubes que cubre Liébana.
Bordeados los picos de cámara se abre la panorámica e identificamos el comienzo de la vía a la derecha de la canal. En esta primera parte del recorrido alcanzaremos “los costillares” en tres largos de cuerda.
Comenzamos de izquierda a derecha por trepadas hasta III grado sobre roca anaranjada descompuesta. Ascendemos hasta montar reunión limpia en el comienzo de una placa que nos queda a la izquierda.
Saliendo de la placa
Trepamos ahora por la canaleta de bloques y hierba hasta que ésta se abre en el rellano de los costillares.
Una ver terminada esta primera parte de la escalada, nos desatamos y caminamos con cuidado hacia el comienzo del pilar. Ganamos unos metros por las fajas herbosas alejándonos de los abismos y buscando la zona más sencilla para el tránsito.
En el siguiente largo, -el cuarto del espolón-, trepamos por grandes rocas muy próximos al mismo filo (IV). Este puede ser el largo más relajado.
En esta zona de la vía la roca ha perdido consistencia y hay que atender a los bloques sueltos. Tiramos a tope de cuerda hasta el pie de un muro vertical donde establecemos reunión sobre dos clavos.
Disfrutamos del tramo mientras vamos ganando altura
El quinto largo nos dejará muy cerca de la vira de escape. Desde la reunión vemos dos clavos encima de nosotros, pero no los seguimos (6a+). Nos fijamos en las fisuras a nuestra izquierda, donde el muro es más bajo y entramos por ahí para superarlo. Protegemos con friends más un pitón que encontramos en una de las grietas y salimos por encima del muro (V).
Pasamos por tramo bonito de placa (V+) protegido con dos clavos y continuamos, por terreno más sencillo, hasta la amplia reunión de la terraza de escape.
El tramo de placa visto desde abajo
y la salida del mismo desde arriba
Esquivamos este primer muro del séptimo relevo por unos banzos verticales a nuestra derecha (IV+) sobre la misma arista, luego el terreno suaviza. En esta última parte del espolón, podemos montar las reuniones en cualquiera de las terrazas y repisas que nos vamos encontrando.
Comenzando el último largo
Plegamos cuerdas y continuamos trepando durante unos cien metros de desnivel por bloques y terreno suelto hasta alcanzar el punto más alto.
Últimos metros de ascenso con la parte alta de los costillares a nuestra derecha.
Los Picos de Cámara desde la cumbre. La ermita es visible a la derecha de éstos, sobre las praderías de Áliva. A la izquierda de la foto, las cumbres Avenas y el collado de Cámara.
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