Arista Torre de Peñalba – Diego Mella
Las torres de Peñalba, Delgado Úbeda y Diego Mella desde Valdeón en otoño. Al fondo destaca la cúpula blanca de la Torre de la Palanca.
Para ascender a la Torre de la Peñalba elegimos, como ruta alternativa a la normal, la “vía del guarda”. Buscamos evitar el incómodo tránsito que supone ascender por la vertiente del Pamparroso y poder así, acceder a esta torre sin grandes sobresaltos.
La vía del guarda recorre en forma de espiral la montaña. La atacas bastante alto, desde el hoyo del Llambrión, ganando cómodamente los primeros metros. Posteriormente cruza su cara sur por una marcada vira que corta esa vertiente para buscar su falda oeste y escalar el torreón cimero.
La vista desde Jermoso no aclara mucho las cosas.
Croquis de la actividad desde las Colladinas.
Para situarnos en el arranque de la vía hay que alcanzar un hombro que forma la montaña en su vertiente SE. Para ello, vamos a seguir la ruta normal de la Palanca hasta que estemos a la misma altura que dicho hombro.
Partimos de Jermoso camino de las colladinas a media ladera. Pasamos encima de la fuente del Congosto y poco después giramos norte en el cruce con la senda que sube al hoyo del Llambrión, (cartel indicador). Seguimos este camino en dirección a la Palanca y lo abandonamos a la altura del hombro para dirigimos hacia él directamente.
Identificamos la entrada con dos fajas herbosas que se descuelgan de una pared anaranjada que cae vertical. Tomaremos la de abajo para adentrarnos en su pared sur.
Primero por terreno sencillo y después por viras estrechas y pedregosas nos llevan a cruzar la vía del Gran Diedro, justo en la vertical de la antecima. Hay que cruzar y vadear este gran canalón que se descuelga hasta el Congosto, en busca de la gran vira que ya tenemos a la vista
Esta zona, sin ser difícil, es expuesta. Abajo superando un banzo que rondará el III-.
Continuamos a media ladera transitando una repisa aérea que nos llevará, girando a la derecha, directos a la vira.
Según la recorremos gana en inclinación y se estrecha . En su parte final, el techo te obliga a asomarte ligeramente al impresionante vacío que mira a Jermoso.
Nada más terminarla, una corta y fácil traviesa nos adentra en la vertiente oeste de la montaña. Aparecen los primeros jitos que vienen de la ruta normal por el Pamparroso.
Desde aquí ya tenemos el torreón cimero a la vista. Para alcanzar su base, remontamos un amplio canalón poco marcado.
Sin dificultades reseñables alcanzamos el generoso collado que forma la Peñalba con su antecima sur (abajo).
Antecima o cima sur de la Peñalba
El refugio a vista de pájaro.
Al terminar el primer largo montamos reunión en esta cómoda repisa
El segundo largo comienza cuatro metros a la izquierda, quedando el asegurador protegido de una posible caida de piedras. Se remonta una canal con pasos de II grado hasta un pequeño desplome que da acceso a la cima. Lo escalamos con un paso atlético de IV o IV+ según ataquemos a la derecha o de frente. Un cordino largo en un bloque empotrado cuelga en este paso (abajo).
Superado éste, ya estamos en la tremenda escombrera que cubre por completo la cima.
Montamos reunión en un dudoso mogote de piedra y con sumo cuidado recogemos cuerda y recuperamos al segundo. Prestamos mucha atención a la recuperación de las cuerdas en esta operación, ya que es muy fácil que su movimiento desencadene una irremediable caída de piedras sobre nuestro compañero.
Llegando a la cima y reunión en un bloque cercano a la cumbre
Cima de la Torre de Peñalba, 2474 m, con el sector del Llambrión detrás
Para bajar de la cumbre rapelaremos por la vertiente opuesta a la que traemos.
Buscamos el primer rápel situado tras un murete compacto unos metros por debajo de la cima, mirando al norte, hacia la torre de Delgado Úbeda. En cuanto rapelamos cinco metros la pared cae vertical y es muy importante bajar con tendencia a nuestra izquierda según descendemos, para no enriscarnos en los abismos del Pamparroso.
Llegamos a una pequeña terraza con dos viejos clavos y cordinos para efectuar el segundo rapel hasta la siguiente plataforma, que está encastrada en la horcada que forman ambas montañas.
Una vez en ella, utilizamos la estupenda instalación montada, para efectuar un tercer y corto rápel de 10 metros para situarnos en la exigua brecha en la que comienza la ascensión a la Torre Delgado Úbeda.
Comenzamos trepando por la fisura marcada que arranca justo a la izquierda de la brecha durante 10 o 12 metros de III+ mantenido. A su término encontramos una reunión con dos clavos y cordinos. Es una tirada corta. Con buena roca y de fácil protección con empotradotes y camalots pequeños hasta el uno.
Croquis de la Torre de Delgado Úbeda desde el segundo rapel de la Peñalba.
Vista hacia abajo de la primera reunión, con la plataforma y la brecha.
El segundo largo el terreno pierde verticalidad considerablemente. Si utilizamos las cuerdas las estiraremos a tope para ascender de frente, cerca del filo que asoma al Pamparroso (III) El terreno nos permite buscar a derecha e izquierda la roca más franca a través de compactas placas o pequeñas canaletas por las que vamos ascendiendo.
Al final del largo aparece un friend abandonado en una fisura vertical a la izquierda. Múltiples emplazamientos para montar reunión en su caso. Desde aquí a la cumbre nos separan unas decenas de metros, pero con una roca, a partir de ahora, totalmente rota. Todo está deshecho.
Salimos a nuestra derecha y remontamos los últimos banzos y canaletas con mucho cuidado para, tras una corta travesía horizontal, montarnos en la cúspide de la Torre Delgado Úbeda. Enorme vacío hacia el Pamparroso.
Cima de la torre Delgado Úbeda.
Desde aquí tenemos una inmejorable vista del Pamparroso, coronado por la Torre de la Celada, la Torre del Hoyo de la Llera y la Torre del Medio.
Destrepamos unos metros de la cima hacia la siguiente torre, en dirección noreste. Enseguida encontramos una instalación de rápel con un buril y un empotrador reenviado con cordinos y maillón. Revisar el rapel y en su caso, sanear.
Rapelamos hasta una gran plataforma inclinada hacia el hoyo del Llambrión. Una vez en ella la recorremos por completo para vadear unos metros y encontrar el segundo rapel -mirando a la Torre Diego Mella- instalado sobre un gran bloque laceado por un cordino largo.
Tras este largo rapel estamos en la base de la última torre, la Diego Mella.
Ésta es la más sencilla de ascender de las tres. Trepamos de frente durante unos metros hasta que el terreno se vuelve placa.
Cuando esta acaba se nos presenta un murete sesgado por varias fisuras. Trepamos por la de la derecha (II+) para seguir ascendiendo por terreno un poco más tumbado hasta la parte alta de la torre.
Entonces ascendemos hacia la izquierda (Pamparroso) en busca de una sencilla canal que sin dificultad nos permite ganar metros a la montaña.
Cerca de la cima, con el corredor norte del Friero detrás a la derecha.
Llegamos sin más dificultad a la antecima, con la cumbre a escasos metros separados por un salto.
Lo superamos bajando primero unos metros a la derecha hasta bordear un gran bloque que te echa hacia atrás al rodearlo. Otra opción es destrepar directamente la antecima por unos pasos aéreos de II+ y III (expuesto) para luego ganar tranquilamente la cumbre andando.
Desde la cima disfrutamos del recorrido realizado.
Y de las cercanas cumbres del Pamparroso. Torre de la Celada.
Nos hacemos la pertinente foto de cima.
Y comenzamos el descenso fácil y evidente buscando el cercano camino de la normal de la Palanca. Se puede continuar hasta esta cima mediante un paseo, pero no apetecía, ya que se pierde totalmente la continuidad de la actividad que hasta ahora estábamos desarrollando.
En resumen, una gran opción de pasar una bonita jornada de montaña en soledad en las proximidades de Jermoso.
A mi entender, la “vía del guarda” debería normalizarse como ruta de ascenso a la Peñalba. Misma dificultad y menor exposición, en un recorrido estético que rodea la montaña. Aún no teniendo pasos de escalada muy difíciles, es recomendable estar bregados en este tipo de trepadas por terreno suelto ya que tiene varias zonas expuestas. Prestando especial atención al segundo largo de la Peñalba y a la zona alta de la Delgado Úbeda.
Esta arista la recorrí con mi compañero Rafa.
Octubre de 2017.
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